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La Tolva está lista para recibir a 1,300 privados de libertad
· El nuevo centro penitenciario fue construido siguiendo todos los estándares internacionales
· Al igual que El Pozo, en Santa Bárbara, La Tolva tendrá habilitados módulos para reos de alta peligrosidad
· Más de 400 cámaras de vigilancia, puertas blindadas y con dispositivos electrónicos son parte de las medidas de seguridad
Morocelí, El Paraíso. Miles y miles de metros de serpentina, enormes muros de concreto con malla ciclón reforzada, 5 aduanas de revisión y más de 400 cámaras de vigilancia son parte de los dispositivos de seguridad que convierten a La Tolva en un cárcel más de máxima seguridad.
La Tolva es, ni más ni menos, el segundo pozo para los reos de alta peligrosidad que desde los viejos centros penales han seguido ordenando homicidios, extorsiones y secuestros.
Ubicado en Morocelí, departamento de El Paraíso, esta nueva cárcel ya está lista para recibir a 1,300 privados de libertad.
De estos y como parte de las políticas de seguridad ordenadas por el presidente Juan Orlando Hernández, varios serán recluidos en el módulo de máxima seguridad.
Actualmente, en El Pozo de Santa Bárbara, hay 66 reos de alta peligrosidad que permanecen en los dos módulos de máxima seguridad, sin derecho a visitas y con acceso a la luz solar solo una hora al día.
“La Tolva” o El Pozo 2 como se le conoce a este nuevo y moderno centro penitenciario, se encuentra a una hora de la ciudad capital y según los encargados de su construcción es casi una réplica de la cárcel en Santa Bárbara.
A lo largo de la carretera que conduce al oriente del país se levanta majestuosamente esa estructura de cemento gris, construida en una área de 16.5 manzanas y a un costo de 23 millones de dólares.
Lo primero que vislumbran las personas que transitan por esa zona son las cinco torres de vigilancia, con sus respectivos faroles.
Máxima seguridad
La Tolva tiene 24 edificios diseñados para albergar las oficinas administrativas, habitaciones para los agentes penitenciarios y ocho módulos carcelarios: cuatro para reos de media seguridad y cuatro de mínima seguridad.
Para poder ingresar a los módulos carcelarios, las visitas y los mismo empleados deben de seguir un estricto protocolo de seguridad, que consiste en atravesar cinco aduanas de revisión y un par más de inspección manual en cuartos especiales.
Una vez dentro, los reos y sus familiares o amigos comienzan a ser vigilados por más de 400 cámaras de seguridad. En una sala de monitoreo, especialistas siguen desde los monitores cada movimiento.